dolor_espalda1La semana pasada leía un artículo de opinión de una voz respetada en Ginecología donde cuestionaba claramente que las revisiones ginecológicas en las mujeres sanas tuvieran que ser anuales. Tanto es así que, según el autor del artículo de opinión, debería espaciarse y realizarse cada tres años. Existen datos de estudios con limitaciones, que permiten poder apuntarse a esta conclusión.
La semana que nos está dejando, nos ha permitido ver en la prestigiosa revista «The Lancet» el cuestionamiento de la utilidad de realizar ante todo dolor en la zona lumbar radiografías o pruebas de imágenes más complejas. El estudio demuestra que la práctica rutinaria de solicitar estas radiografías o tomografía axial computarizada (TAC) ni mejoran los síntomas, ni permiten una mejora funcional, además de no ayudar al diagnóstico.
Al contrario, la realización de estas pruebas producen un incremento de las radiaciones a la que se encuentra expuesto el paciente o la paciente. Además la realización de esta pruebas lleva a realizar otras más agresivas aún y esto es todavía más problemático si queremos velar por la seguridad clínica.
En el mismo número de la revista médica publican un artículo de opinión. En este artículo intentan desgranar el motivo de la realización rutinaria y se pone el énfasis en la petición de los pacientes. Puede ser cierto, entre todos nos hemos encargado de sacralizar la tecnología, las pruebas complementarias en medicina, frente a la entrevista clínica, la exploración del médico o el clínico, lo lógico es que se soliciten pruebas. Hemos huído de la incertidumbre y eso nos puede llevar a bastantes problemas de seguridad clínica.
Es algo sobre lo que tenemos que reflexionar.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia