La importancia del autocuidado en salud

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sobrepesoAhora que tenemos el otoño e invierno cerca y andamos preocupados por el impacto sobre la salud sobretodo, pero también el que puede tener la gripe en el sistema sanitario, estamos en un buen momento para trabajar en el fomento del autocuidado.
Es curioso como por un lado avanzan los derechos de tercera generación en la salud, donde destaca el de la autonomía del paciente y al mismo tiempo nuestra sociedad evoluciona hacia una sociedad que se cuida y autocuida menos que nuestros antepasados. La información tampoco parece haber influido para que seamos más responsables de nuestro proceso de salud y enfermedad.
Sin embargo, el origen de este despreocuparse por autocuidarnos en salud, no está en exclusiva en la sociedad. Es cierto que la sociedad tiene un caldo de cultivo muy adecuado para que esto ocurriera. Un caldo de cultivo formado por mayor velocidad al hacer las cosas, convertir en bien de consumo casi todo lo que tocamos, la sanidad y la salud no son una excepción, ahora «consumimos» sanidad como consumimos otras cosas. Cambio en el rol de cuidador y cuidadora entre otros elementos han influido para predisponer a una sociedad a delegar la responsabilidad de su salud y su enfermedad en el servicio sanitario. De forma similar a como hemos delegado la educación de nuestros menores en el sistema educativo.
Pero como decía, el origen no está sólo en la sociedad y sus circunstancias. También los políticos, los médicos y todas nuestras organizaciones profesionales y científicas nos hemos empeñado en ello, seguramente no de forma consciente, pero insistiendo hasta la saciedad. Así hemos celebrado más de un día sobre tal o cual enfermedad, donde el llamamiento es que ante el más mínimo síntoma acuda de forma rápida a consultar con su médico o lo que sería peor con un determinado especialista concreto, saltándose el criterio del médico de familia corresponsable de la salud del paciente.
Lo cierto es que esto ha sido relativamente sencillo, es decir, arrebatarle a la sociedad el control sobre su proceso de salud y enfermedad ha sido fácil. Sin embargo, el camino inverso va a ser muy complicado. De hecho piensen, como nuestras madres sabían las medidas físicas contra la fiebre, ahora ante el más mínimo incremento de una décimas en el termómetro se acude al centro sanitario en cuestión, donde más de una vez, por el corto tiempo de evolución del cuadro no ha dado tiempo que no de la cara ni la infección y no se puede poner ni siquiera el tratamiento.
Esto tiene unas consecuencias muy importante, ya que cualquier actividad en sanidad no está exenta de riesgo, por lo tanto disminuye la seguridad de los pacientes y eso es grave.
Pero además esto tiene una repercusión muy importante en un sistema sanitario con la vocación de universal y gratuito, donde el deterioro del sistema sanitario viene provocado por la utilización poco adecuada de los servicios sanitarios.
Debemos comenzar a trabajar en el fomento del autocuidado, en ser responsables de nuestra salud y de nuestro proceso de enfermedad. Los profesionales y los políticos tenemos que ir a una en este tema.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Un nuevo paradigma en el sistema de cuidados

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sistema_cuidadosEn este mundo cambiante las tendencias de la sociedad nos llevan a cambios, cambios en muchas cosas. Pero existe una necesidad de cambios, provocado por los valores, la cultura, los cambios sociodemográficos y demás, en lo que puede denominarse el Sistema de Cuidados.
Se dice que las personas somos autónomas cuando somos capaces de cumplir con las actividades necesarias para nuestra vida diaria, tanto si las actividades son básicas (lavado, comida,…), como si estas actividades son instrumentales (comprar, salir,…). Si ese es el concepto de autonomía, en el extremo opuesto está la denominada situación de dependencia, es decir cuando las personas necesitamos que realicen actividades básicas para nuestra vida.
A la situación de dependencia se llega por diferentes razones, una de ellas es la pérdida de salud. Para el tratamiento de nuestros problemas de salud sea en nuestro domicilio o en un centro hospitalario necesitamos de cuidados, unas veces se circunscriben al ámbito de cuidados profesionales (realización de técnicas diagnósticas o terapéuticas) y también necesitamos cuidados no profesionales.
A toda esta constelación de cuidados se ha venido en llamar Sistemas de Cuidados. Este sistema de cuidados está inmersa en un proceso de cambio, tanto los no profesionales, como los profesionales.
En esta entrada en mi blog me referiré exclusivamente a los cuidados profesionales, en el centro de todos los cambios está la figura profesional de la enfermera. Son los profesionales del cuidado, los especialistas en los cuidados profesionales y por ellas pasan los cambios en positivo que se esperan en nuestro Sistema Nacional de Salud.
La educación superior con la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior promete un cambio en el curriculum de estas profesionales que redundará en una mejora de la calidad en los cuidados generales. La aparición de las especialidades de enfermería, donde progresivamente a las especialidades de Matrona, Salud mental, se incorporarán las especialidades de Trabajo, Enfermería Familiar y Comunitaria, Geriatría entre otras, nos llevará a una nueva situación de cuidados profesionales especializados.
Esto está acompañado de un cambio en la duración de los ciclos formativos de formación profesional que dará una nueva dimensión a nuestros técnicos y auxiliares.
Sin embargo, con todos estos cambios que se avecinan, junto a los cuidados no profesionales, llevan a la imperiosa necesidad de definir las competencias de todos los profesionales que participan en los cuidados y definir nuevas competencias, nuevos roles a cumplir por los miembros de equipos que necesariamente tienen que ser interdisciplinares y multiprofesionales, no podemos seguir anclados al mismo concepto de enfermería, ni de auxiliares de enfermería, entre otros.
Se requiere una reflexión profunda, sería y de futuro que nos lleve a uns Estrategia en el Sistema de Cuidados en el Sistema Nacional de Salud en beneficio de todos los ciudadanos. Donde se de cabida a la multiprofesionalidad y a los diferentes entornos tanto hospitalarios, como comunitario.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Promoción de la Autonomía Personal

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ley_dependenciaAyer en la tarde llegué de Murcia, han sido días muy interesantes en los debates, pero sobretodo en los temas. Desde un tiempo a esta parte hay un aspecto que parece obsesionar al sector sanitario y es la atención a las personas en situación de Dependencia.
Y este tema me pone los pelos de puntas cuando escucho a determinados sanitarios hablar de ello. Creo que es muy imporatante que «NO SANITARICEMOS» el debate importante e interesante que está generando en este país que es España la aplicación de la denominada «Ley de la Dependencia». «Sanitarizar» la citada Ley sería por un lado banalizarla y por otro lado, convertir un derecho social en una respuesta exclusivamente sanitaria.
El abordaje serio sobre la Ley en el entorno sanitario, desde mi punto de vista debería girar alrededor de dos aspectos, el primero de ellos, ¿cómo puedo aportar a esta Ley mi función como sanitario?, el segundo de los aspectos sería ¿cómo tengo que coordinarme y trabajar en equipo de múltiples profesionales para dar respuestas integrales?
Pero lejos de establecer este debate constructivo, hay sanitarios que abordan temas como el impacto de la Ley sobre el sector sanitario, el papel de los sanitarios en la valoración de las personas, el trabajo que va a suponer y, lo más peligroso, el papel «fundamental» que tiene el sistema sanitario en este tema.
La denominada «Ley de la Dependencia» es sin lugar a dudas una apuesta decidida por convertir en derecho de la persona la promoción de su autonomía y la atención, si esta persona llega a una situación de dependencia. ¡Nada más y nada menos!
Es algo de muchísimo calado político, pero de mayor calado social. Para aplicar este derecho, la Ley describe una serie de servicios, sobre los que se orientan toda una serie de prestaciones. Dónde priman otra clase de servicios frente a las prestaciones económicas. Y claro esto tiene mucha complejidad, mucha complejidad en su aplicación.
Sin embargo, parece como si en el título que se ha estandarizado «Ley de la Dependencia» quisiéramos olvidar la parte más importante. La PROMOCIÓN DE LA AUTONOMÍA, efectivamente se convierte en derecho, lo que es razonable que se convierta, hacer que las personas vivan cuántos más años mejor libres de una o varias situaciones que les haga perder su capacidad para desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. Eso es lo importante, es un concepto global, integral y maravilloso.
Quedemos claro que la PROMOCIÓN DE LA AUTONOMÍA, es más que la prevención y promoción de la salud, que la primera engloba necesariamente a lo segundo. Y los sanitarios debemos trabajar en la promoción y prevención de la salud para que ninguna enfermedad lleve a una situación de dependencia a las personas. Y ese es nuestro papel. La formación de las enfermeras es más holística que la de los médicos, así su valoración a través de los patrones funcionales de Gordon, sitúan a la enfermería en un lugar privilegiado y de mayor compromiso con esta promoción de la autonomía, ya que fomentan en todo momento el autocuidado.
Otro de los esfuerzos que tenemos que hacer los sanitarios es «DESAPRENDER» determinadas cosas que nos permita llenarnos de humildad y vocación de servicio, aprender a trabajar en equipo, sin pensar que como sanitarios somos el elemento clave, somos uno más en ese equipo.
No «sanitaricemos» la Ley de la Dependencia, le haríamos flaco favor al derecho de la persona que esta Ley regula.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia