Internet y Bulimia

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bulimia1Ya hemos comentado en otras ocasiones la utilidad de Internet como canal de comunicación. Las ventajas que tiene y los usos que puede tener. La Universidad Autónoma de Barcelona ha hecho público un  estudio donde se demuestra que un programa online de seguimiento a personas que padecen un trastorno de conducta alimentaria, como es la Bulimia, mejora el control.
El programa está estandarizado, diseñado específicamente, validado y se utiliza como complemento a la labor que realizan los profesionales en la consulta, es decir, utilizando el canal presencial.
Este es el contexto en el que se realiza y se debe utilizar. Ese también es el contexto en el que extrapolar las conclusiones a las que llegan estos profesionales e investigadores. El programa tiene las siglas de IBT (Internet Based Conginitive-Behavioral Therapy for Bulimina).
Para tener el resto de datos del estudio, se ha realizado en mujeres con una media de edad de 24 años y que llevaban un tiempo de enfermedad de al menos 6 años. La utilización de esta herramienta ha permitido mejorar el control y disminuir la psicopatología asociada a estos trastornos.
Buena noticia en la utilización de un canal como es internet.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Estigma en salud mental, pero bastante menos

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esquizofreniaEn la edición digital de la revista «The Lancet» se avanza un estudio de investigación liderado por investigadores del Reino Unido, donde participan 27 países y que tiene como objetivo estudiar la evolución de las «barreras» que pone la sociedad a los pacientes que padecen esquizofrenia.
En este estudio se pone de manifiesto que siguen existiendo barreras, pero bastantes menos que las que existían en el pasado. Cuando se centran en nuestro país, se muestra como España es de los paises que tiene menos barreras para estos pacientes, y su entorno social muestra menos resistencias en este sentido. Uno de los hechos destacados que diminuyen estas barreras es la desaparición de los «manicomios». La evolución de la atención sanitaria psiquiátrica en nuestro país es cierto que ha evolucionado satisfactoriamente, la eliminación de determinadas estructuras de atención como los manicomios y la erradicación de las formas de atención basadas en el ingreso de por vida de los pacientes apartándolos de la sociedad en general ha sido uno de los elementos que probablemente más ha cambiado la percepción de la atención sanitaria a los pacientes con problemas de Salud Mental. Pero además esta forma de atención psiquiátrica como eran los «manicomios» eran lugares donde tenían como objetivo de apartar de la sociedad a aquellos ciudadanos que enfermos o no tenían problemas de disminución mental o psíquica.
Afortunadamente hemos refrescado nuestra mirada y hemos normalizado la atención sanitaria psiquiátrica. La aparición de diferentes tipos de dispositivos asistenciales tanto en el entorno comunitario como son las Unidades de Salud Mental, como en el entorno hospitalario las unidades breves o las unidades de media y larga estancia han posibilitado la atención sanitaria integral.
Esto se ha completado con una serie de dispositivos que tienen más que ver con la rehabilitación y reinserción con la sociedad que con la atención sanitaria, así los centros de rehabilitación psicosocial son elementos fundamentales en este paso de normalización de los problemas de salud mental.
Aun nos queda camino por recorrer, pero sin duda hemos experimentado grandes avances en la atención a los pacientes con problemas de salud mental y a su entorno más cercano.
El estudio al que me refería al principio de esta entrada tiene algunos problemas metodológicos, pero las conclusiones son más que validas.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Las dimensiones de la Salud Mental, la depresión

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depresionRecientemente la Organización Mundial de la Salud ha hecho público un estudio sobre las cargas de morbilidad mundial. Este estudio revela las grandes cifras en todo el mundo de las principales enfermedades. En la página web de la Organización Mundial de la Salud se puede acceder a algunos datos.
Entre esos grandes datos se obtiene como una de las 10 principales conclusiones que los trastornos mentales como la depresión figuran entre las 20 causas principales de discapacidad a nivel mundial. La depresión es padecida por un total de 120 millones de ciudadanos de todo el mundo. La mayoría de ellos son formas que recibiendo el tratamiento adecuado tienen una vida normal. Sin embargo, en todo el mundo, menos de un 25% de los pacientes que padecen depresión tienen acceso a un tratamiento adecuado.
Los trastornos que se encuadran dentro de la Salud Mental han sido durante mucho tiempo y lo siguen siendo en función de la cultura y de las creencias un importante tema tabú o asociadas con determinados castigos divinos. Se sigue tapando la enfermedad mental como si fuera una lacra social, cuando se encuentran entre los problemas de salud más frecuentes de la población, los trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad o distintas formas de depresión.
Extremadura hace ahora un año lanzó una campaña en la que se pretendía mejorar la imagen de estos trastornos por la sociedad y que a los ciudadanos que los padecen no les supusiera una limitación el acceso a los tratamientos adecuados. La campaña llevaba por lema «Refresca tu mirada». Esperemos que estas iniciativas les quiten a este tipo de trastornos las connotaciones que les pone la sociedad.
No obstante el resultado del estudio de la Organización Mundial de la Salud, nos pone en la pista de que además de la importante falta de acceso a los tratamientos adecuados por una parte muy importante de la población mundial,  estos trastornos producen una limitación a alguna de las actividades cotidianas consideradas normales para la población y eso es lo que significa discapacidad.
Estamos entonces ante un problema de distribución normal que limita el funcionamiento de los pacientes que la padecen y que además no acceden a los tratamientos adecuados.
Hace falta una auténtica concienciación de la sociedad sobre este problema, realizar una adaptación de las estrategias de abordaje en las diferentes culturas y en las diferentes creencias y establecer los trastornos de salud mental en las líneas prioritarias de los sistemas sanitarios y en la cooperación internacional para el desarrollo.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

La salud en un país desarrollado

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Vivimos en un país desarrollado, pero además desde hace años, se ha instalado un consumismo consecuencia de una orientación mal entendida de un capitalismo. Esta crisis supone un antes y después en la economía, y seguro que el futuro será diferente. Pero esto último es un análisis diferente y objeto de una reflexión distinta.
Lo cierto es que la población se ha acostumbrado a vivir en un mundo donde prácticamente todo está al alcance de la mano y si no es así no se entiende. Y esto se aplica a todas las cosas que rodean nuestra vida, alimentación, servicios,…
Los estilos de vida en un contexto social como el que hemos descrito es difícil que se ajusten al concepto de saludable. Así comemos más de lo que habitualmente necesitamos y gastamos menos de lo que deberíamos gastar. Esto lleva a que alrededor del 50% de nuestra población esté en franco sobrepeso. El sobrepeso produce una serie de enfermedades que son un exceso de «grasas en la sangre», entre ellas se encuentran el colesterol o los triglicéridos. Pero también una tendencia clara a que se produzca una intolerancia a los azúcares, que con el tiempo desemboca en una diabetes del adulto o diabetes tipo 2. Pero además se produce un aumento de la «tensión» arterial.
Esta asociación de factores es un riesgo para sufrir lo que se denominan enfermedades cardiovasculares, es decir un estrechamiento y endurecimiento de los vasos que conducen la sangre y como consecuencia una obstrucción del flujo de sangre a órganos muy importantes como son el cerebro o el corazón.
Esta es una de las características de nuestra sociedad, ante una vida llena de abundancia y sedentarismo llegamos a consecuencias para nuestra salud.
Pero otro de los aspectos que marcan nuestras vidas es la rapidez en vivir la vida, el estrés, las prisas…hay que hacerlo todo y ahora. No nos paramos a pensar. Algunas aficiones se han convertido en metas, el turismo se ha convertido en verdaderos «safaris» fotográficos donde más se vea en menos tiempo mejor, la lectura ha alcanzado cifras impresionantes en tiempo muy corto y tantos otros ejemplos.
Toda esta prisa nos introduce en un mundo de mucha ansiedad que se traduce además en problemas de salud mental.
Las enfermedades cardiovasculares y las de salud mental son claramente las enfermedades de un mundo desarrollado, pero mal desarrollado.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia