Necesario acuerdo para el Sistema Nacional de Salud

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Fue allá por finales del año 2008, cuando el Ministro Soria presentó su estrategia decidida por elaborar un gran consenso de todos los agentes sociales, profesionales y políticos en favor del Sistema Nacional de Salud. A esa estrategia se denominó Pacto por la Sanidad y tenía un diseño metodológico complejo, pero impecable para poder contar con la opinión de expertos, las pruebas científicas y la apuesta de todos los grupos políticos.
De forma paralela, en el Congreso de los Diputados y coordinados por el Sr. Llamazares, dentro de la Comisión de Sanidad, se comenzó con una estrategia paralela y complementaria a la anterior.
Los trabajos en el Congreso de los Diputados quedaron truncados por una falta de acuerdo entre las fuerzas políticas. Es historia que grupos políticos apoyaron el trabajo y los que no, en la que en este momento no voy a entrar.
Los trabajos del Ministerio de Sanidad conllevaron a que responsables políticos de todas las Comunidades Autónomas aportaran su esfuerzo, sus conocimientos y sus opiniones adaptadas a cada una de las realidades hasta elaborar un documento sólido que fue posteriormente analizado por los sectores profesionales, de afectados y pacientes y resto de sectores sociales.
Todos estos trabajos acabaron en un documento, que marcó una hoja de ruta muy importante, aprobado por todas las Comunidades Autónomas y las Ciudades Autónomas en un Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 18 de marzo de 2010. Esta fecha ha sido referencia para citar el documento en el mundo especializado sanitario, así los acuerdos del 18 de marzo han sido y siguen siendo hoy una referencia en cuanto a medidas que apuestan por la calidad, la eficiencia, la sostenibilidad y la equidad de la atención sanitaria.
Esos acuerdos contenían medidas a desarrollar en 3 años y que afectaban a áreas tan importantes como los recursos humanos, las prestaciones, la apuesta por la salud pública, la farmacia, la financiación sanitaria, la evaluación de las tecnologías sanitarias, las estrategias del salud del Sistema Nacional de Salud, la concienciación de los ciudadanos y profesionales en el uso adecuado de los recursos y la aplicación de las TICs al sector salud.
Estas medidas junto con los Reales Decretos Leyes del año 2010 con medidas urgentes debido a la situación de crisis económica mundial han hecho dibujar un panorama esperanzador en la búsqueda conjunta de medidas para conservar y mejorar un excelente Sistema Nacional de Salud como el que tenemos.
Hoy ha sido otro día muy importante, en el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, se han adoptado nuevas medidas que incrementan el compromiso por el Sistema Nacional de Salud, por hacerlo más fuerte y lo consolide más. las medidas pueden resumirse en una serie de puntos como son:
  • Exigencia de prescripción por principio activo por parte del médico y la dispensación del medicamento más coste-efectivo de los disponibles.
  • Nueva forma de decidir la financiación por parte del Sistema Nacional de Salud de los medicamentos que se incorporan, con la participación de las Comunidades Autónomas, una antigua reivindicación de las Comunidades Autónomas desde que tenemos descentralizada completamente las competencias en sanidad.
  • Nuevo procedimiento para la financiación de los medicamentos de alto valor e innovación.
  • Agilidad en la incorporación de los medicamentos a los denominados precios de referencia, así como una homogeneidad en la caducidad de las patentes.
  • Compensación a las farmacias de nucleos de población de menos de 1500 habitantes.
  • Coordinación sociosanitaria con la participación activa de los profesionales.
  • Despliegue completo de la Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud que permita que la información clínica que permita el paciente pueda estar disponible en otra Comunidad Autónoma cuando tenga que ser atendido en un desplazamiento.
  • Validez de la receta electrónica en todo el territorio del Sistema Nacional de Salud.
  • Universalización de la atención sanitaria incorporada a la Ley de Salud Pública por economía de procedimiento en la tramitación de la normativa.

Celebro las medidas propuestas por el Ministerio de Sanidad asumiendo el liderazgo, muy cuestionado en los últimos tiempos, para que se produzca una verdadera equidad en la atención farmacéutica. Fórmulas como el «cataloguiño gallego», las medidas de sacar de prescripción electrónica determinados medicamentos de marca comercial en determinadas Comunidades Autónomas o la subasta promovida por Andalucía, mostraba las medidas imaginativas de las Comunidades a las que les «apretaba el zapato» de la financiación sanitaria, sin que el Ministerio estuviera dando respuesta a las mismas. Con estas medidas todas las Comunidades Autónomas pueden actuar dando mayor equidad a los ciudadanos de este país.

Se incorporan las TICs a la atención sanitaria como medio y no como fin y se apuesta por la universalización de la atención sanitaria de la población que ya estableció la Ley General de Sanidad, pero que por desfases entre la legislación sanitaria y de la Seguridad Social se han producido numerosas distorsiones.

Queda aun mucho camino por recorrer en esta tarea y queda por saber cuál será el resultado de estas medidas, pero hoy es día de estar moderadamente satisfecho por los resultados del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

En otra entrada analizaré algunas de las medidas que se echan en falta, pero en otro momento.

José María Vergeles Blanca

Médico de Familia

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud

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Recientemente ha aparecido en prensa la Ministra Pajín comunicando que para la semana del 18 al 22 de julio se convocaría el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Este pleno será monográfico sobre las medidas de sostenibilidad, equidad y calidad en la atención sanitaria.

Conviene aclarar que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud es el órgano de cohesión territorial en materia sanitaria con el que cuenta el Estado español. En él están representados además del Ministerio competente en materia de sanidad del Gobierno de España, los Consejeros y Consejeras de las 17 Comunidades Autónomas y de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla (ambas denominadas INGESA).

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud cuenta con el respaldo legal de leyes de máximo nivel y en él se deben decidir cuestiones que profundicen en la mejora de la calidad, la eficiencia, la sostenibilidad y la equidad de la atención sanitaria.

Estos Plenos del Consejo Interterritorial suelen convocarse con una periodicidad trimestral aproximadamente. El convocado recientemente por la Ministra Pajín podría ser uno más de los plenos que se convocan, si no fuera por dos hechos fundamentales: el primero, por ser monográfico sobre un tema en el que aunque la izquierda buscó un pacto de estado, la derecha no lo permitió, y el segundo, por celebrarse tras las elecciones del 22-M que ha cambiado el mapa de los Gobierno regionales de manera profunda.

Hoy, en la prensa especializada, aparece Ana Pastor, antigua Ministra de Sanidad, tomando posiciones sobre temas de calado. Entre ellos solicita la derogación de la Ley del medicamento, pretende variar la aplicación de la Ley de la Dependencia…

Los nombramientos de los Consejeros y Consejeras del Partido Popular en diferentes Comunidades Autónomas hacen sospechar que sean auténticos peones al servicio de Doña Ana Pastor en el seno del Consejo Interterritorial, y que en lugar de aprovechar la hegemonía de la derecha para forzar un pacto de Estado en materia sanitaria, hablen de derogar Leyes que entorpecen algunas medidas muy concretas como el «cataloguiño gallego».

Me duele como español pensar que se pueda ser tan miope pensando en unas medidas concretas, sin establecer un verdadero compromiso de abordar la sanidad en su conjunto con sus valores y sus problemas. Pero me duele también como extremeño que las medidas concretas que se deban poner en marcha en mi Comunidad Autónoma para buscar la equidad con el resto del Sistema Nacional de Salud no se defienda por indicaciones de Doña Ana Pastor.

Demoslé al próximo Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el beneficio de la duda, pero no perdamos de vista que una supuesta estrategia del Partido Popular y de Doña Ana Pastor es convertirse en «superconsejera de sanidad» hasta que se celebren las elecciones generales en España.

Es responsabilidad de políticos y ciudadanos estar vigilantes en la representación de los que nos gobiernan.

José María Vergeles Blanca

Médico de Familia

Inversión de los Sistemas Sanitarios ¿Más salud o más atención a la enfermedad?

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Es conocido el interés, en ocasiones desmedido, que genera la sostenibilidad de los Sistemas Sanitarios en general y del Sistema Sanitario español en particular. Es raro en los últimos tiempos no encontrar una mesa redonda en las jornadas científicas sobre el tema, no escuchar las reflexiones de sociedades científicas o de colegios profesionales, pero tampoco es raro que desde la empresa privada se ofrezcan soluciones «milagro» para la sostenibilidad del sistema sanitario público. Llama la atención que sean las empresas privadas las que vengan a rescatar al público como si de ONGs se trataran, en fin ver para creer. O como si la gestión privada fuera en si misma una mejor fórmula de gestión, sin estar sujeta a ineficiencias o no estar sujeta a selección de pacientes con problemas de salud.
Dejando a un lado esta pléyade de soluciones que se plantean, me gustaría reflexionar sobre la orientación de los sistemas de salud en los paises desarrollados, esa orientación política necesariamente se debe traducir en inversiones de esfuerzos o económicas.
Horwitz, ya reflexionó sobre un círculo vicioso que debemos desempolvar y actualizar. Bien es verdad que este autor diseñó el ciclo económico de la enfermedad pensando en paises que estaban en vías de desarrollo. Pero actualizándolo es totalmente vigente en el momento actual.
Horwitz decía que si los recursos sanitarios los invertíamos en tratar la enfermedad y poco en más salud a través de la prevención de la enfermedad y promoción de la salud a través de políticas intra e intersectoriales, al final cerraríamos un círculo vicioso donde cada vez necesitaríamos más dinero para atender a la población y no conseguiríamos mejores niveles de salud de la población con lo que la productividad económica del país bajaría.
Esa tendencia en el momento actual es absolutamente vigente, desde hace unos años, en los sistemas sanitarios de los paises desarrollados estamos en un riesgo evidente de caer en el círculo vicioso que nos plantea Horwitz. Es cierto, que los factores que nos llevan a ese círculo vicioso son otros que en el caso de los paises en vías de desarrollo, pero no es menos cierto que de no cambiar la tendencia actual de la inversión de recursos en atender la enfermedad y menos en promover la salud cerrará un círculo difícil de vencer.
Exiten algunos síntomas evidentes de este riesgo, la insistencia política en las listas de espera, el empeño en deslumbrar a la población con las tecnologías sanitarias de última generación, la dependencia desmedida de la población de los sistemas sanitarios para todo,…son elementos que nos deben hacer reflexionar hacia donde queremos ir.
Urge romper la tendencia y aunque en un tiempo lo pasemos mal, es necesario invertir de forma seria y científica más recursos en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, bastante más que en más recursos para atender a la enfermedad exclusivamente. Los sistemas sanitarios deben dar respuesta a las necesidades de salud de la población, pero de forma global, no invertir esa tendencia hoy, significará que llegaremos a un sistema sanitario cada vez menos resolutivo, donde lo asistencial lo desborda, la atención sanitaria estará desfragmentada en infinitos trozos y lo más importante la calidad de la atención caerá estrepitosamente, sin que hayamos invertido nada en obtener unos mejores niveles de salud de la población.
Mientras sigamos con las competiciones sobre las listas de espera y otros indicadores exclusivamente de asistencia sanitaria que el futuro de la salud nos pasará factura y no sólo en la sostenibilidad.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

La universalidad de la atención sanitaria, la necesaria reflexión

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No crea el lector que con el título de la entrada estoy cuestionando la universalidad de la atención sanitaria. Nada más lejos de mi intención, de mi ideología política y de mis reflexiones. Por defender la universalidad de la atención sanitaria es por lo que reclamo la necesaria reflexión en estos momentos en los que cada vez es más necesario llegar a un pacto de estado sobre la sanidad en España.
El primero de los motivos que lleva a la reflexión es la necesidad sobrevenida, en parte por la conciencia despertada por la crisis económica mundial, sobre el necesario esfuerzo por conservar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud español. La segunda de las razones es que no faltan voces que llaman a la puesta en marcha de un copago sin que en la reflexión quede claro con qué objetivo y que fin persigue ese copago, como si el copago fuera la solución mágica para el futuro. La tercera de las razones obedece a una cuestión que viene de largo, si es que se puede hablar de largo cuando nos referimos al año 1986, año de publicación de la Ley General de Sanidad que tanto aportó a este país. Su publicación planteó un cambio en el modelo del Sistema Nacional de Salud que no ha sido acompañado con la fórmula de aseguramiento en nuestro país que sigue siendo la Seguridad Social y que plantea una serie de dificultades en la financiación del sistema como tal. Por último, las reivindicaciones de determinados colectivos como los profesionales liberales (abogados,…) que antes estaban con una asistencia sanitaria «privada» reclaman estar dentro de la cobertura del Sistema Nacional de Salud, el reconocimiento de este derecho vinculado a los impuestos hace que sea la puerta de entrada para el resto de los ciudadanos independientemente de su situación en la Seguridad Social.
Sin duda son motivos de peso que deben ser analizados con detalle, la universalidad conlleva un reconocimiento de derecho a algo tan importante como es la atención sanitaria. Pero además esta reflexión de la universalidad debe permitir reflexionar sobre el modelo de Sistema Nacional de Salud mixto que tenemos, debemos ir a un modelo basado en los impuestos y, por tanto, universal. Las fórmulas vinculadas a las mutualidades deben ser objeto de profunda reflexión en un Sistema Nacional de Salud de vocación universal donde el derecho se obtiene por ser español y no por estar o no afiliado a la Seguridad Social.
La universalidad no es incompatible, ni mucho menos con una reflexión profunda sobre las diferentes prestaciones, su justificación y su aplicación en base a las necesidades de salud de la población. Es aquí donde se deben llegar a acuerdos y pactos en la universalidad de todas y cada una de las prestaciones, su acceso, su financiación y su revisión desde el punto de vista científico y social. Que nadie se escandalice cuando se usa la palabra copago, ya existe el copago en la prestación farmaceútica, yo pago una parte de los medicamentos que me prescribe el médico por ser «activo». Se vuelve necesario reflexionar sobre este aspecto y si de verdad este «copago» que nos acompaña desde hace tiempo es o no de justicia social, en este momento nuestro país no es sociodemográficamente igual que en la década de los 80, si no somos iguales debemos reflexionar sobre todas estas cuestiones.
Otras de las cuestiones importantes a tener en cuenta es el uso de una prestación sanitaria-económica-social que ha sido una gran apuesta por la justicia social como es la incapacidad temporal o como se les conoce vulgarmente las bajas médicas. El sistema sanitario debe ser más activo en este tema, mucho más de lo que lo ha sido y de su utilización adecuada deben revertir fondos en la financiación sanitaria, en la Ley de Financiación autonómica del año 2001 eso se recogía y en la actual no se recoge. Esta prestación triple es muy importante para los trabajadores que por motivo de enfermedad deben hacer reposo y no es justo que vean mermados sus ingresos.
Una cuestión de calado supone la atención a los problemas de salud por parte del Sistema Nacional de Salud de las enfermedades profesionales, sin que la financiación de las Mutuas de Accidentes de Trabajo reviertan los fondos en esta atención. Por muchos esfuerzos de cobro de las instituciones sanitarias, no es posible llegar nunca al 100%, esto merece una gran reflexión y una definición de un modelo de salud laboral con gran componente sanitario.
Estoy seguro que una apuesta por la incorporación de las tecnologías y evaluación de las tecnologías incoporadas al Sistema Sanitario es clave para la sostenibilidad y debe formar parte de esta universalidad. Extremar el uso de la evidencia científica, de la necesidad social y de las necesidades de salud son cuestiones importantes.
La prestación farmacéutica es sin lugar a dudas un capítulo importante de las prestaciones sanitarias en función al volumen económico. Pero la reflexión debe ser un punto de encuentro entre todos los agentes para hacer de esta prestación algo eficiente, que apuesta por la I+D+i y que sabe racionalizar el uso. La apuesta por una clara política de principios activos que conserve la libertad de prescripción del médico consagrada en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, que disminuya el gasto sanitario hasta lo necesario, que apueste por la empresa innovadora y que de respuesta a los ciudadanos y a sus necesidades de salud es el camino a seguir y hay recorrido.
Sin duda en la universalidad debe tenerse en cuenta aspectos elementales de las políticas sociales como la incorporación de la perspectiva de género a la salud, la perspectiva de la salud pública en la disminución de las desigualdades en salud y la verdadera participación de los ciudadanos, incorporando metodologías de lo que es la participación ciudadana, la crisis de los denominados consejos de salud, muestran que lo importante en la participación ciudadana es cómo se hace o se lleva a cabo y eso es sin lugar a dudas la metodología además de las formas o de las estructuras.
Se hace necesario por diferentes razones un gran debate sobre la universalidad que enmarque el futuro del Sistema Nacional de Salud, es una oportunidad única para el pacto por la sanidad cada vez más necesario.
 
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

El interés por cuestionar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud

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Hace algún tiempo que desde el Ministerio de Sanidad y Política Social se promueve un trabajo necesario e interesante para la sociedad española que es establecer un Pacto de Estado por la Sanidad en España. No alcanzo a saber con todo lujo de detalles si esta necesidad es sentida o no por la población española, pero de lo que estoy absolutamente seguro es que es necesario establecerlo desde la responsabilidad política de los que en este momento la tenemos.
Es necesario trabajar en un Pacto de Estado por la Sanidad en España para mantener en el tiempo un Sistema Nacional de Salud con los valores y principios que en este momento tiene y que es muy bien valorado por la sociedad y obtiene unos resultados de salud muy importantes. Sin embargo, el debate de una parte de la derecha española se resiste por «principios» a llegar a Pactos e intenta desvirtuar este trabajo argumentando que es necesario este pacto debido a que la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud está en un grave riesgo inminente. Y nada más lejos de la realidad. El momento económico por el que atraviesa el mundo y las necesidades económicas que pueda haber no constituyen riesgos inmediatos para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, otra cosa diferentes es que no podamos seguir creciendo en la cartera de servicios al ritmo que lo hemos hecho en el pasado, pero eso no es un riesgo para la sostenibilidad.
Se explica este discurso de una parte de la derecha de poner en entredicho la sostenibilidad, si analizamos lo que a continuación ocurre y no es otra cosa de proponer fórmulas de colaboración público-privadas que conllevan a una privatización encubierta y continuada de la Sanidad allí donde gobiernan.
Se puede analizar la necesidad de incluir en la gestión de lo público herramientas y metodologías de la empresa privada que han dado resultados positivos contrastados, se pueden incluir herramientas de colaboración público-privadas en determinados aspectos de la sanidad como lo son el campo de la investigación o de la innovación por ejemplo. Pero en ningún caso, se debe confiar en el discurso de que la gestión privada es más eficiente que la gestión pública de la Sanidad. Eficiencia es la relación entre los recursos a disposición de los gestores y los objetivos alcanzados, y hasta ahora ningún modelo de privatización de todos los imaginados en nuestra sanidad ha dado muestras de mejorar la eficiencia globalmente, en cambio ha llevado a riesgos contrastados, la selección perversa de pacientes, quedándose con la atención de los pacientes con menos complicaciones y que su atención es más barata y desviando a otros centros públicos realmente públicos a los pacientes más complicados y que su atención es más cara.
Por tanto, no hace falta un Pacto por la Sanidad por el riesgo inminente de la sostenibilidad del sistema, hace falta un Pacto por la Sanidad de forma preventiva para mantener la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud que hoy conocemos y valoramos a largo plazo. Con la evidencia científica disponible las estrategias de privatización que se están utilizando no se pueden asumir si queremos un Sistema Nacional de Salud de cobertura universal y en el que aportamos en función de lo que tenemos y utilizamos en función de lo que necesitamos. Ese es el Sistema Sanitario del que quiero seguir disfrutando y en el que creo desde mis convicciones políticas y técnicas de la equidad, la justicia social, el reparto de la riqueza y la solidaridad.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

La importancia del autocuidado en salud

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sobrepesoAhora que tenemos el otoño e invierno cerca y andamos preocupados por el impacto sobre la salud sobretodo, pero también el que puede tener la gripe en el sistema sanitario, estamos en un buen momento para trabajar en el fomento del autocuidado.
Es curioso como por un lado avanzan los derechos de tercera generación en la salud, donde destaca el de la autonomía del paciente y al mismo tiempo nuestra sociedad evoluciona hacia una sociedad que se cuida y autocuida menos que nuestros antepasados. La información tampoco parece haber influido para que seamos más responsables de nuestro proceso de salud y enfermedad.
Sin embargo, el origen de este despreocuparse por autocuidarnos en salud, no está en exclusiva en la sociedad. Es cierto que la sociedad tiene un caldo de cultivo muy adecuado para que esto ocurriera. Un caldo de cultivo formado por mayor velocidad al hacer las cosas, convertir en bien de consumo casi todo lo que tocamos, la sanidad y la salud no son una excepción, ahora «consumimos» sanidad como consumimos otras cosas. Cambio en el rol de cuidador y cuidadora entre otros elementos han influido para predisponer a una sociedad a delegar la responsabilidad de su salud y su enfermedad en el servicio sanitario. De forma similar a como hemos delegado la educación de nuestros menores en el sistema educativo.
Pero como decía, el origen no está sólo en la sociedad y sus circunstancias. También los políticos, los médicos y todas nuestras organizaciones profesionales y científicas nos hemos empeñado en ello, seguramente no de forma consciente, pero insistiendo hasta la saciedad. Así hemos celebrado más de un día sobre tal o cual enfermedad, donde el llamamiento es que ante el más mínimo síntoma acuda de forma rápida a consultar con su médico o lo que sería peor con un determinado especialista concreto, saltándose el criterio del médico de familia corresponsable de la salud del paciente.
Lo cierto es que esto ha sido relativamente sencillo, es decir, arrebatarle a la sociedad el control sobre su proceso de salud y enfermedad ha sido fácil. Sin embargo, el camino inverso va a ser muy complicado. De hecho piensen, como nuestras madres sabían las medidas físicas contra la fiebre, ahora ante el más mínimo incremento de una décimas en el termómetro se acude al centro sanitario en cuestión, donde más de una vez, por el corto tiempo de evolución del cuadro no ha dado tiempo que no de la cara ni la infección y no se puede poner ni siquiera el tratamiento.
Esto tiene unas consecuencias muy importante, ya que cualquier actividad en sanidad no está exenta de riesgo, por lo tanto disminuye la seguridad de los pacientes y eso es grave.
Pero además esto tiene una repercusión muy importante en un sistema sanitario con la vocación de universal y gratuito, donde el deterioro del sistema sanitario viene provocado por la utilización poco adecuada de los servicios sanitarios.
Debemos comenzar a trabajar en el fomento del autocuidado, en ser responsables de nuestra salud y de nuestro proceso de enfermedad. Los profesionales y los políticos tenemos que ir a una en este tema.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

¡Hay vida después de la gripe!

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retosCreo que ya va siendo necesario normalizar la situación, normalizar la información y comenzar a hablar de la gripe en general sin clasificar. Y esto se puede hacer por haber puesto en marcha los mecanismos de control necesarios de forma ejemplar. Se puede normalizar porque la Organización Munidal de la Salud ya conoce más del virus y podemos afirmar su «benignidad», el Ministerio de Sanidad y Política Social y el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud se han coordinado y han desarrollado las medidas preventivas y de actuación ante una pandemia, y hemos tenido y tenemos a unos profesionales comprometidos. En definitiva, ahora toca que estemos vigilantes a través de los sistemas de vigilancias epidemiológica, proporcionemos una información transparente y tranquilizadora y hablemos de gripe, como todos los años. Es tiempo de NORMALIZAR.
Nada mejor para normalizar con el comienzo del curso que repasemos los grandes hitos que tenemos que marcarnos como sistema sanitario. Está pendiente cerrar de forma adecuada el Pacto por la Sanidad, liderado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud a través de los comités institucionales, pero que es ahora cuando deben incorporarse las opiniones, los debates en el seno de las organizaciones científicas y profesionales. El afrontamiento de la pandemia de gripe en nuestro país ha dibujado un escenario muy próximo a lo que debe ser el pacto por la sanidad. Me siento orgulloso del funcionamiento del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, sería bueno analizar la respuesta dada y reflexionar sobre lo ocurrido para tomar los elementos que han permitido llegar a consenso tan importantes.
Ese trabajo del Pacto por la Sanidad puede eclipsar, por su importancia, otros trabajos interesantes, pero queda un desarrollo profundo de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias en materia de formación sanitaria especializada, la troncalidad, la reordenación de las especialidades en ciencias de la salud dentro de la troncalidad y el trabajo por la motivación y el desarrollo de los profesionales es fundamental para hacer más eficiente el sistema sanitario.
La tercera cuestión es el desarrollo de dos elementos fundamentales, la seguridad de pacientes y la responsabilidad social corporativa. En la seguridad de pacientes es necesario unirlo a los conceptos de calidad de la atención, donde los desarrollos de trabajos por la variabilidad de la práctica clínica es elemental. Pero también debe tener una vinculación normativa y funcional con la Salud Pública, un reto normativo para nuestro país construir un nuevo modelo salubrista, más adaptado a nuestra realidad social y a nuestras constumbres actuales.
Dentro de la responsabilidad social corporativa se encuentran los derechos de profesionales, de pacientes, la bioética, la cooperación internacional para el desarrollo, el trabajo por el medio ambiente y por la sostenibilidad en general, el compromiso social, en defintiva de una organización.
Por todo ello, toca normalizar y seguir trabajando. Hemos aprendido mucho del afrontamiento de esta pandemia, aprovechemosló.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia
 

Gripe A, ante todo mucha calma

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Un gurpo de profesionales sanitarios de primer nivel de este país han elaborado un documento fundamentado en la literatura científica sobre la gripe A/H1N1. Por su interés y colaborando con ellos incluimos en esta entrada el documento que han elaborado por su rigor e interés:

Qué  es la gripe A/H1N1?

La gripe A es una enfermedad que cursa de forma leve en la gran mayoría de las personas. Está  producida por el virus influenza A/H1N1 del mismo género que el virus de la gripe común. Puede producir fiebre y síntomas como dolor de cabeza y muscular, malestar general, congestión nasal, tos y a veces síntomas digestivos (nauseas, diarrea).

La gripe A tiene los mismos síntomas que la de todos los años.

¿Cómo se contagia?

Como la gripe común, se contagia muy fácilmente porque se transmite a través del aire por medio de pequeñas gotitas que emitimos al hablar, toser o estornudar. Cuando hablamos de “pandemia” queremos decir que hay muchas personas afectadas, en muchos países diferentes. Eso se debe a que se trata de un nuevo virus A, y es más fácil el contagio.

Pero que sea muy contagiosa no quiere decir que sea más grave.

¿Cómo se diagnostica?

Existe una prueba diagnóstica rápida para distinguir tipos de gripe. Pero para el diagnóstico de la gripe A tienen poca sensibilidad (aproximadamente un 35%). Eso quiere decir que de 100 personas con gripe A sólo detectaremos a unas 35 (test positivo). La mayoría (65) darán un resultado negativo para gripe A. Es decir, que aunque se tenga un test negativo, si se tienen síntomas gripales la causa puede ser la gripe A.

Y lo que es más importante: las recomendaciones para cuidarse serán las mismas, independientemente del tipo de gripe. Por esta razón, no es útil hacer una prueba diagnóstica en una gripe leve o moderada.

¿Cómo puede evolucionar la gripe A?

Con los datos disponibles de los miles de casos detectados en todo el mundo hasta la fecha, se puede afirmar que la inmensa mayoría de las personas pasan esta gripe con síntomas leves o moderados. Se debe mantener una especial vigilancia de la evolución de los síntomas en personas con enfermedades crónicas descompensadas, niños menores de seis meses y en pacientes de riesgo más elevado (inmunodeprimidos).

¿Cómo podemos actuar para prevenir el contagio?

Las recomendaciones básicas son dos:

1. El lavado de manos frecuente (por ejemplo, lavarse las manos 10 veces al día ha demostrado disminuir a la mitad el riesgo de contagio).

2. La higiene respiratoria (toser o estornudar sobre un pañuelo de papel desechable y lavarse las manos a continuación, toser o estornudar sobre el brazo si no se dispone de pañuelo para evitar el contacto con la mano, evitar el contacto cercano o íntimo cuando los síntomas de la enfermedad son evidentes).

No está claro si el uso de mascarillas evita la propagación de la epidemia. Solo se recomienda usarlas a las personas enfermas mientras están en contacto con otras personas y a sus cuidadores. Igualmente no se ha aclarado si el uso de fármacos como oseltamivir (Tamiflu®) o zanamivir (Relenza®) puede prevenir el contagio. Existen algunos estudios en instituciones cerradas y contactos familiares con beneficios muy pequeños. Teniendo en cuenta que se trata de una gripe leve y que estos fármacos tienen efectos secundarios, en general, no se recomienda su uso.

La vacuna contra la gripe común no funciona para la gripe A. Aún no se ha terminado de desarrollar una vacuna para la nueva gripe con totales garantías de seguridad y efectividad. La situación actual, en relación con el número de personas afectadas y el número de muertes, no justifica una alarma social.

¿Qué hacer si aparecen síntomas?

Los síntomas son los mismos que los de la gripe de todos los años. La gripe, como dice la sabiduría popular, “dura siete días con tratamiento y una semana sin él”.

Deben solicitar atención médica aquellas personas que tengan molestias graves: dificultad al respirar, dolor importante en el pecho, alteraciones de la conciencia (sensación de aturdimiento o desmayo), un empeoramiento repentino o un empeoramiento pasados 7 días del inicio de los síntomas. En el caso de los niños, la edad inferior a 6 meses, la respiración acelerada o la fiebre que dura más de tres días ( 72 horas) hace recomendable evaluación médica.

Pero probablemente la mayor parte de las personas tendrán síntomas leves y acudir al médico no aportará ningún beneficio. Todo lo contrario: la saturación de los centros de salud y hospitales puede dificultar una correcta atención a enfermos graves por la gripe o por otros problemas de salud.

Por ello, las personas sanas que presenten un cuadro gripal sin ningún dato de complicaciones pueden realizar un autocuidado con garantías en sus domicilios con las medidas habituales: buena hidratación, buena alimentación y buena higiene.

Si uno está enfermo, los cinco primeros días conviene no acudir a lugares muy llenos de gente para evitar contagiar a otras personas. Y recordar las medidas recomendadas: no “toserle” a nadie, estornudar en la manga o en un pañuelo de un solo uso y lavarse las manos varias veces al día.

Si aparecen síntomas, ¿es necesario tomar algún tratamiento?

Aunque la fiebre no es peligrosa en sí misma, los antitérmicos como el paracetamol o ibuprofeno pueden ser útiles para aliviar el malestar que produce. Los medicamentos antivirales han demostrado muy poca eficacia en las infecciones por virus gripales comunes, disminuyendo menos de un día la duración de los síntomas. Respecto a esta gripe no hay estudios que demuestren su eficacia.

Por estas razones, su uso deberá ser restringido a los pacientes que sufran complicaciones o aquellos con alto riesgo de sufrirlas. En un paciente sano, los riesgos por los efectos adversos del fármaco pueden superar a sus beneficios.

¿Y en el caso de embarazo?
Siempre se ha sabido que el embarazo supone un pequeño incremento del riesgo para las complicaciones de la gripe (cualquier tipo de gripe). En caso de fiebre o síntomas de gripe, es recomendable consultar con un profesional sanitario. De todas formas el riesgo sigue siendo bajo y la gran mayoría de los embarazos transcurrirán de forma saludable.

Conclusión

Durante la pandemia de gripe A seguirá habiendo infartos de miocardio, apendicitis, insuficiencia cardiaca, diabetes, crisis de asma, enfermedades psiquiátricas, fracturas de cadera, accidentes y muchas otros problemas de salud que requieren atención de los profesionales de la salud.

El comportamiento sereno, paciente y tranquilo de los pacientes, los medios de comunicación, los profesionales sanitarios, los dirigentes políticos y los cargos con responsabilidad en planificación y gestión del Sistema Nacional de Salud son esenciales para que funcionen bien los servicios sanitarios y estos puedan dedicarse a los enfermos que lo necesiten.

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Recomiendan seguir los comentarios en el blog http://gripeycalma.wordpress.com/

José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Normalizar la gripe, información si, pero también tranquilidad

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gripeaSe aproxima el otoño, con la venida de esta estación se aproxima el clásico incremento en el número de casos de gripe como ocurre cada año. Sin embargo, este año a los virus que generalmente provocan la conocida como gripe estacional, le acompaña el recientemente descrito virus A/H1N1, es decir la gripe A.
Es normal que cuando aparece un nuevo virus las organizaciones sanitarias (Organización Mundial de la Salud -OMS-, administraciones públicas,…) se pongan todos los medios para conocer cómo se comporta el virus y hasta entonces, poner todas las medidas posibles para que no se propague de forma generalizada y rápida. Eso es lo que ha hecho la OMS, lo que han hecho las autoridades de la Unión Europea, del Ministerio de Sanidad y las administraciones autonómicas.
Tras el análisis realizado del virus de la gripe se sabe que es más contagioso que los virus que habitualmente provocan la estacional (esa que nos afecta en otoño-invierno de cada año), es decir que es más fácil que se propague de persona a persona. Pero al mismo tiempo se sabe que los cuadros que provoca son muy leves en la práctica totalidad de las personas que se han infectado y han desarrollado la enfermedad.
No obstante, como en cualquier situación de descripción de un nuevo virus de gripe, la OMS debe ir dando los pasos en las diferentes fases ante la declaración de una pandemia. Pandemia, una palabra a la que se le ha podido dar connotaciones negativas. Pero que no es así. Pandemia NO significa gravedad de la enfermedad, significa que el virus ha infectado a personas de diferentes paises y zonas geográficas. Eso es pandemia, nada más.
Ante esta situación y conocimiento que tenemos en el momento actual del virus de la Gripe A/H1N1 podemos afrimar que estamos en situación de establecer los controles sanitarios necesarios, trasmitir tranquilidad a la población, llamar a la corresponsabilidad de los ciudadanos en la aplicación de las medidas preventivas y la utilización adecuada y responsable de los servicios sanitarios y proporcionar la información a la población. Además seguir trabajando en desarrollar de una forma segura una vacuna para este nuevo virus.
El seguimiento caso a caso, minuto a minuto, desde que se declararon los primeros casos de esta infección por parte de los medios de comunicación debe dar paso a datos de conocimiento del nuevo virus y que esta información de tranquilidad a la población, ya que es para ello tal y como se está comportando el virus.
Es necesario que seamos corresponsables de cuidar nuestro sistema sanitario. En otoño-invierno se seguirán produciendo enfermedades graves (infartos, tumores, …) y el sistema sanitario debe darle respuesta en tiempo y forma además de atender a los pacientes que tengan gripe. Por tanto, es necesario llamar a la corresponsabilidad y utilizar los servicios sanitarios de forma responsable.
Las administraciones tienen que seguir realizando la vigilancia epidemiológica y del virus para saber cuántas personas están infectadas, cuántas están desarrollando la enfermedad, de estos cuántos y que grupos están más afectados. Y para esto están los sistemas de vigilancia epidemiológica y se está haciendo de forma adecuada. Por tanto, tranquilidad también en que se están haciendo las cosas bien en el control de la enfermedad.
Aplicar las medidas de prevención, de control como es el lavado frecuente de manos, taparse la boca y nariz al toser y estornudar con un pañuelo de papel, entre otras medidas que ya son suficientemente conocidas.
La red sanitaria atenderá a los pacientes con gripe en general de forma adecuada a la infección y al nivel de gravedad clínica que vayan presentando.
Ya está en desarrollo la vacuna contra el nuevo virus, pero debemos trabajar para que no se cumpla el refrán de «a ver si es peor el remedio que la enfermedad» y en ese sentido, la vacuna una vez producida se debe investigar para que sea segura su administración a las personas y eso lleva un tiempo. Hasta entonces en los casos graves y grupos de riesgo con clínicas más graves se utilizan los fármacos que están desarrollados contra los virus, los antivíricos.
Por todo ello, lo conocido hoy día del virus, los datos de control epidemiológico que tenemos y las medidas puestas en marcha, nada más que es motivo de tranquilidad. Y seguir con las medidas de seguimiento y control para seguir comprobando que el virus no cambia de comportamiento.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Seguridad, calidad y variabilidad de la práctica clínica

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seguridad_pacientesEn la entrada anterior he tenido la suerte de contar con un comentario de Enrique Gavilán, me merecen mucho respeto sus opiniones y comentarios, aprendo mucho con él. Este comentario al que me refiero habla de la importancia de la investigación en resultados en salud, destacar su papel es destacar el papel de la gobernanza o gestión de los sistemas sanitarios basada en la evidencia.
La investigación en resultados en salud es clave para el progreso de los sistemas sanitarios en general y en particular del nuestro que esta basado en unos principios muy concretos y que le hace alejarse de criterior puramente economicista buscando la eficiencia. Y desde mi punto de vista lo conseguimos en una buena parte. Somos un sistema sanitario eficiente y justo es reconocerlo.
Desde hace aproximadamente cuatro o cinco años está emergiendo con mucha fuerza el concepto de seguirdad clínica o seguridad de pacientes, entendido como un subsistema de calidad sanitaria de tremenda importancia. Estamos en un momento clave en el análisis de los componentes de esa seguridad clínica y será cuestión de tiempo que lleguemos a un análisis pormenorizado de los componentes y su peso dentro de la propia seguridad. Así se habla del lavado de manos del personal sanitario, de los mecanismos de prevención barrera de las infecciones dentro de los hospitales y tantos otros.
De forma paralela adquiere gran fuerza los estudios de investigación sobre la variabilidad en la práctica clínica, siempre pongo el mismo ejemplo, pero es el más gráfico es la traducción científica del dicho «cada maestrillo tiene su librillo». Es decir, aunque los clínicos quieran llegar al mismo resultado de la curación, mejora o alivio del problema de salud del paciente, los «caminos» utilizados son diferentes. Es el estudio de los caminos que utilizan los clínicos para dar respuesta a esos problemas de salud lo que se conocen como los estudios sobre la variabilidad clínica. Pues bien, cada vez existen más trabajos de investigación que interrelacionan de una forma muy clara la variabilidad clínica y la seguridad, por decirlo en lenguaje llano, que de los diferentes caminos que un médico puede seguir para afrontar el problema de salud del paciente, unos son más seguros que otros.
De esta forma se va cerrando un círculo de capital importancia que es disminuir la variabilidad en la práctica clínica aumenta la seguridad clínica y por tanto incrementa la calidad de la atención sanitaria en nuestro sistema. Y este ámbito de investigación es muy importante darle prioridad en las actuaciones dentro de la Investigación de Resultados en Salud.
Desde hace unos años una Red de Investigación Cooperativa la Red Iryss trabaja de forma intensa en este campo, sus «productos», es decir, las publicaciones de las Atlas de la Varibilidad Clínica debe ser un elemento de primer orden en la información de los sistemas sanitarios.
Estrategias como el Proyecto GuíaSalud del Sistema Nacional de Salud español, que pretende difundir entre los clínicos guías de práctica clínica que están validadas desde el punto de vista científico y metodológico se beneficiaría muy mucho con la incorporación a la cadena de valor de análisis de las guías y en su implantación de estos estudios.
Existen muchos otros campos de la denominada investigación en resultados de salud, pero sin duda este por lo emergente y lo importante es uno de los que no podemos evitar.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

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