Graduación de alumnos de medicina y necesidades de médicos

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necesidades_medicosFue el día 2 de mayo, donde la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura se vistió de largo. Donde los estudiantes que lo han sido durante al menos 6 años consiguen graduarse como Licenciados en Medicina, un título que le da paso a la siguiente fase de formación ¡acaban de empezar a formarse! El resto de su vida será formarse para ser cada vez mejores médicos, esa es la característica más clara de la vocación de médico.
Estamos en tiempos de opiniones que se reproducen cada vez que llega mayo a nuestro país y se nos gradúan nuestros estudiantes de medicina. ¿Hacen falta más plazas en las Facultades de Medicina? ¿Nos faltan muchos médicos? Y opiniones van y vienen sobre el tema, opiniones simplistas sesgadas y la culpa en la mayoría de las opiniones para ese «ente abstracto» que es la administración, sin identificar con nadie, ni con nada, la administración. Este año no será diferente.
Que hacen falta médicos en nuestro país, sobretodo en determinadas especialidades y en determinadas localizaciones nadie lo discute. Hasta ahora el estudio más serio en todo el país lo tiene el Ministerio de Sanidad y Política Social, que hace un abordaje del problema en términos del Sistema Nacional de Salud. Lo lógico sería que conociéramos las plazas vacantes en los diferentes Servicios Regionales de Salud más los que se necesitan en los centros sanitarios privados y esa serían nuestras necesidades, sin embargo el problema es que en la necesidades de médicos intervienen muchos factores (organización asistencial, eventualidades, localizaciones geográficas, características sociodemográficas de la población…).
Y es esta una de las primeras razones de críticas a la administración, donde se dice «que se ha planificado mal». Y apunto, es que no se ha planificado, ya que hemos atravesado una fase donde era imposible planificar, o si no imposible, si tremendamente difícil. Hemos vivido la mayor de las descentralizaciones en nuestro país y los Gobiernos Regionales han intentado por todos los medios dar respuesta a las necesidades de salud de la población, con la mayoría de los servicios sanitarios en su Comunidad Autónoma, aunque haya servicios y centros de referencia en el Sistema Nacional de Salud. Esto ha significado que se haya crecido en nuestro país como nunca se crecerá en recursos sanitarios. Y esto nos ha llevado a una situación claramente diferente en necesidades de profesionales, que insisto no se volverá a repetir.
En este momento pocos más de 4000 médicos egresan anualmente de nuestras Facultades de Medicina y el Sistema de Formación Especializada MIR absorbe más de 7000. Este es un desequilibrio que hace que el examen MIR ya no se apruebe o se suspenda, simplemente sirva para clasificar en número de orden que permite la elección del sitio y la especialidad a realizar.
Una primera aproximación al problema de necesidades de médicos sería el siguiente, no debemos permitir llegar a una situación como la de hace unos años con bolsas de paro médico de 20.000 es una utilización ineficiente de los recursos educativos. Pero desde luego tenemos que alcanzar un equilibrios entre estudiantes que terminan la carrera y las plazas MIR ofertadas por el Sistema Nacional de Salud. Por tanto, crear nuevas Facultades de Medicina a troche y moche de ninguna manera, la calidad en la formación es muy importante, pero un compromiso de crecimiento en el número de plazas en las Facultades de Medicina es absolutamente necesario.
Una segunda cuestión es que aun produciéndose el pico de jubilaciones, no parece necesario seguir incrementando en mucho más número la oferta de plazas MIR en nuestro país, pero si es necesario realizar una oferta basada en el estudio de necesidades de profesionales que ha realizado el Ministerio de Sanidad y Política Social. Ofertando las plazas de las especialidades más necesarias, manteniendo en el resto el recambio para jubilaciones, eventualidades y demás contingencias en el Sistema Sanitario público y privado. Es decir, más que en cantidad la oferta de las plazas MIR hay que estudiarla y adaptarla en las especialidades necesarias, claro que además esta estrategia la pueden realizar las Comunidades Autónomas que por su tamaño tienen este margen de maniobra.
Otra de las necesidades de estudio profundo de la oferta MIR es la cobertura de las plazas de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Desde hace bastantes años se ocupa por los médicos que han obtenido los últimos números de orden del MIR. No es que el número de orden nos diga que son mejores o peores médicos, en absoluto, pero es que se están quedando plazas vacantes. Urge que en el seno de la Comisión Nacional de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud se produzca un debate y una reflexión seria sobre las «vocaciones para la Atención Primaria de Salud». Es necesaria esta reflexión y esfuerzo ya que nuestro Sistema Nacional de Salud pivota sobre la Atención Primaria de Salud como garantía de calidad en la atención sanitaria y eficiencia en la gestión de los recursos.
Una reflexión donde deben encontrarse Educación, Universidad, Colegios Profesionales, Sociedades Científicas, Comisión Nacional de la Especialidad, Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas. Dónde todas las partes pongan su trabajo y esfuerzo en conseguir mostrar la Atención Primaria de Salud que permita generar vocaciones más reales.
Educación y Universidad deben asegurar con la adaptación al Espacio Europeo de Enseñanza Superior que la medicina de familia es una asignatura troncal dentro de los estudios de grado de medicina, no puede ser lo que ocurre ahora que las asignaturas de la carrera se convierten en «demos» de las diferentes especialidades que no son medicina de familia.
Colegios profesionales y sociedades científicas deben trabajar en prestigiar desde el punto de vista científico y profesional de la especialidad de Medicina de Familia, trabajo al que debe contribuir de forma clara la Comisión Nacional de la Especialidad, más allá de realizar análisis de lo que deben hacer los demás y no poner el «locus de control» dentro de si misma para solucionar el problema.
El Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas deben asegurar el cumplimiento estricto de la Estrategia AP21, estrategia de mejora de la Atención Primaria de Salud, tomándo en serio el esfuerzo y el trabajo de reflexión que ya hubo.
Pero además desde las Comunidades Autónomas se deben realizar reflexiones sobre la organización asistencial, donde la creación o no de categorías, la organización de las guardias, los servicios sanitarios, la cobertura geográfica, los mapas sanitarios y tantas otras influyen en las necesidades de médicos.
Y es necesario llegar a un Pacto por la Sanidad donde se incluya de forma clara los Recursos Humanos, pacto que permita que trabajemos como un Sistema Nacional de Salud, lejos de ser exclusivamente la suma de las 17 Comunidades Autónomas.
No creo que sea motivo de culpa, es motivo de análisis y de estrategia.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Toca reflexionar sobre la Medicina Familiar y Comunitaria, pero en serio

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medicina_familiaHoy hemos conocido los datos oficiales de la adjudicación de las plazas MIR en el Sistema Nacional de Salud. Finalmente han quedado 51 plazas vacantes de Medicina Familiar y Comunitaria en nuestro país. La cifra no es alta, pero debemos añadirle que esta especialidad es la que se elige en los últimos números de orden del MIR.
Esta situación se viene repitiendo en las últimas convocatorias MIR en las cuales se va incrementando el problema.
Además debemos tener en cuenta que esto ocurre en un país donde su Sistema Nacional de Salud está organizado y basado en la Atención Primaria de Salud como puerta de entrada, como gestor de los procesos de atención y responsable de la salud de la comunidad.
Si conjugamos estos elementos, lo que se está repitiendo durante estas últimas convocatorias de MIR es ciertamente preocupante. Pero además, apuesto decididamente a que esto debe generar una reflexión profunda en la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud. Estoy seguro que en los próximos días no faltarán opiniones simplistas de los motivos que están llevando a esta situación, unos achacarán exclusivamente a que los médicos de familia tienen unas condiciones de trabajo malas, otros a que no se incluye esta disciplina en las Facultades de Medicina y así sucesivamente.
Lo cierto y verdad es que otras especialidades están más prestigiadas que la Medicina de Familia en la sociedad y a esta situación se llega durante mucho tiempo de abandono y de falta de creencia en una especialidad nacida para poder soportar un papel clave en nuestro modelo de Sistema Nacional de Salud. No han faltado las veces que se ha escuchado que la Medicina de Familia es la piedra angular del sistema, pero esto se ha repetido desde la falta de convencimiento y sin creerlo verdaderamente.
No se trata de buscar culpas, se trata de buscar entre todas las partes el prestigio social de una especialidad de suma importancia, solo desde ese ejercicio se puede construir algo realmente adecuado para el futuro.
Reflexión donde deben estar presentes las Comunidades Autónomas, el Ministerio de Sanidad y Política Social, el Ministerio de Educación, la Universidad, pero también arrimando el hombro el mundo profesional y de las sociedades científicas. Estos son los agentes que deben reflexionar y establecer medidas concretas para prestigiar una especialidad como lo es la Medicina de Familia. Podemos hacer eso, construir o seguir opinando desde un análisis simplista en lugar de sistémico del problema.
Sin duda urgen varias cosas, la defensa cerrada del mundo profesional de la especialidad, la apuesta de prestigio y de calidad más que de aspectos profesionales de las sociedades científicas, la orientación de los planes de estudios ahora que los hemos revisado con la excusa de Bolonia en base a que las Facultades de Medicina centren su formación en médicos generalistas de verdad y no basar sus planes en demostraciones de las diferentes especialidades. Y urge que se controle, potencie e inste a los servicios de salud a adoptar las medidas contempladas en la Estrategia AP 21. Pero estas medidas urgentes, no quitan para una reflexión seria, decidida, valiente e innovadora sobre la Medicina Familiar y Comunitaria.
 
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Ser médico de atención primaria necesita de mucha vocación

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¿Hay una especialidad médica más social que la de médico de familia? Desde mi punto de vista creo que no, podríamos decir que en sentido estricto toda la medicina está relacionada con las ciencias sociales y es tan cierto que no se puede desmentir. Podría decirse que la Psiquiatría tiene un gran componente social y también es verdad, indiscutible.
Pero la medicina de familia «vive» en la sociedad. Un médico de atención primaria de salud «vive» codo con codo su lucha por la salud en un contexto social concreto, pero además lo vive durante una larga etapa de su vida profesional y madura o envejece con su paciente.
Un médico de familia necesita empaparse del sistema de valores, de creencias, de la cultura de donde ejerce más que ningún otro especialista, ya que de lo contrario será difícil que encuentre las respuestas adecuadas a muchos de los problemas de salud.
El autor del libro que lleva por título «La Consulta Interior» define al médico de familia como aquél que solamente sabe tres diagnósticos: (i) hay mucho de esto ultimamente, (ii) lo tuvo y lo ha vuelto a coger y (iii) si no mejora venga la semana que viene. Esta definición puede enojar a más de un médico de familia, pero lo cierto es que si reflexionamos sobre ella, nos daremos cuenta que está poniéndo el énfasis en la importancia del trabajo del médico de familia. Es el médico que en lugar de darle importante a la etiqueta diagnóstica de la enfermedad que tiene su paciente, le da más importancia al proceso de atención que tiene que proporcionarle y trabajar codo con codo con su paciente.
Los médicos de familia no somos «mini-internistas», ni «mini-dermatólogos», ni «mini-psiquiatras»… no somos nada de eso, somos los especialistas de atender a una población con un nivel de salud determinado para conseguir que tengan un buen nivel de salud, poniendo nuestro esfuerzo en la prevención y la promoción de la salud, en la promoción de la autonomía en defintiva. Pero también conociendo las enfermedades para saber dar respuesta y darlas en el contexto de lo social, lo cultural y lo espiritual de la sociedad donde trabajamos.
Y en contraposición con esto, en las Facultades de Medicina no se enseña nada que se le parezca. Brillantes profesores universitarios con superespecialidades desentrañan las enseñanzas de enfermedades y síntomas raros, mientras más raros mejor y que de todos los estudiantes sólo algunos lo verán alguna vez en su ejercicio profesional. No se pueden pedir vocaciones de Médicos de Familia cuando nuestros estudiantes cuando terminan el Grado de Medicina van «engañados» de lo que es la medicina en general y la Atención Primaria de Salud en particular. Por cierto, en la Atención Primaria de Salud es donde ejercerán la mayoría.
Así, medicina de familia se elige entre las especialidades del final cuando se aprueba el MIR en España.
Un dato más en España fabricó algunas vocaciones una serie que se titulaba «Médico de Familia» o los abnegados médicos de pueblo que hemos conocido, frente a las vocaciones que de médicos de familia ha fabricado la Universidad.
Toca una reflexión profunda sobre las enseñanzas de medicina, ahora que tenemos la escusa de la Adaptación al Espacio Europeo de Enseñanza Superior, hagamos lo que siempre debimos hacer, que la Universidad española esté conectada con la sociedad a través de la enseñanza de la medicina más social, la medicina de familia. Luego seguro que vendrán las vocaciones.
José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Orientación familiar en la atención a la salud

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Pertenecemos a una sociedad donde la unidad sigue siendo la familia, mayoritariamente el entorno más cercano a cualquiera de nosotros es lo que denominamos familia. Familia como aquél grupo de personas entre los que se establecen vículos de diferentes tipos. Además de la familia como tal, dentro de las clasificaciones de la estructura familiar se encuentran los equivalentes familiares entre los que se encuentral, por ejemplo los habitantes de un piso de estudiantes, los ancianos que viven en una residencia, las religiosas de un convento,…

Pero, ¿por qué la familia en la atención a la salud? La respuesta es bien sencilla, la familia es la unidad de atención a la salud. En este sentido la familia puede ser origen de problemas de salud físicos y psíquicos, determina nuestra predisposición a determinadas enfermedades. Su estructura y fución pueden ser origen de determinados problemas de salud. Pero además atravesar las fases por las que pasan las familias provocan en ocasiones lo que se denominan acontecimientos vitales estresantes que generan disconfort e incluso problemas de salud.

Pero la salud, no son sólo problemas, son también soluciones, son el gran aliado que tiene el profesional de las ciencias de la salud para conseguir aumentar el nivel de salud de nuestros pacientes. Esta función de aliado y de cuidados de la familia es especialmente importante en el abordaje de las enfermedades crónicas o enfermedades graves.

Tener en cuenta a la familia en la atención a la salud es necesario y claramente es el primer paso en el abordaje integral o biopsicosocial.

 

José María Vergeles Blanca

Médico de Familia

Muerte digna

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No sólo es necesaria la muerte digna, es necesario vivir la enfermedad de la forma más digna que se pueda. Dentro de esa dignidad se entremezclan una serie de condiciones que hacen sin duda que sea necesario involucrar a toda la sociedad y las diferentes sensibilidades.
Creo que somos todos los que queremos una vivencias de las enfermedades digna y, por supuesto, una muerte digna. En esto se mezclan mis conocimientos, mi información, mi cultura, mi sistema de creencias, mi sensibilidad, mi entorno, los mios, el control de mis síntomas, la deformidad que me provoque la enfermedad, la situación de dependencia que me genere, el poder decircir basado en todo lo anterior y el trato de mis médicos, enfermeras, cuidadores profesionales o informales.
Con toda esta constelación de determinantes para que viva la enfermedad y la muerte con dignidad no es fácil que se haga una conjunción adecudada de todos ellos para que mi vivencia como persona sea esa dignidad.
Para los profesionales que nos atienden es importante explorar nuestra sensibilidad, nuestro sistema de creencias, nuestros valores culturales, la situación de nuestra familia y la aceptación a los tratamientos.
Pero también la información cómo y cuánta dar, cual es el progreso de la proporción de información, cómo involucrarme en la toma de decisiones, ser autónomo en mis decisiones, permitirme elegir dentro de lo legal qué quiero o puedo hacer por mi enfermedad, ante varias alternativas cúal voy a elegir.
Cúal es el valor para mi de un día más de vida, que supone eso para mi y para mi familia, cómo se puede tener eso en cuenta para la aplicación de nuevos medicamentos, o medicamentos de uso compasivo…
Con todas estas circunstancias, las normas sirven para asegurar derechos, todo lo que podamos hacer a través de ellas hagamosló, pero lo verdaderamente importante es la implicación de profesionales y de la sociedad y eso es formación, información y cultura.

José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

Volver a sentir la primaria

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Ayer estuve con muchos compañeros y amigos. Me habían invitado a una mesa redonda donde se debatía de la Atención Primaria de Salud (APS). Me encantó estar con ellos compartiendo las inquietudes, las dudas, las incertidumbres….

Quise poner encima de la mesa tres reflexiones de mucha importancia para mi. La primera de ellas, es que en España se debe hablar de retos y evolución en la Atención Primaria de Salud, nunca de fracaso. La APS se enfrenta a retos por su éxito. La población la ha acogido, los políticos ya no nos cuestionamos que necesitamos la Atención Primaria de Salud si queremos tener un buen sistema de salud y se han dado respuestas importantes a los ciudadanos y ciudadanas.

Pero ese éxito no significa que no tengamos que tomar decisiones para mejorarla y, lo que es más importante, adaptarla a una realidad actual. Es necesario un plan estratégico y de acción para ser operativos en esa evolución. Y ese fue mi segundo mensaje.

El tercero es la necesidad de hacer realidad todas las competencias de la APS sobre la comunidad, sobre la salud comunitaria. La importancia de la Participación Comunitaria es capital y de ella se derivan grandes beneficios para poder hacer evolucionar la APS.

A la APS la necesitamos si queremos tener buenos resultados en salud. Pero es necesario el trabajo de todos para poder hacer verdad que sea la piedra angular del sistema, pero adaptada a la realidad social.

José María Vergeles Blanca

Médico de Familia